Familia y amigos de Panamá y México despedimos a

Jorge Turner Morales

al mismo tiempo nos quedamos con él al compartir sus palabras:

Turner, padre, compañero, amigo, abuelo, bisabuelo, tío, maestro siempre, ha dicho que la memoria se mantiene en constante agonía para apresar el recuerdo amenazado por el olvido... Tal vez por eso, junto a la evocación aparece siempre la nostalgia, como expresión punzante de la vida. Los recuerdos, emergen de distintos planos de la realidad y la fantasía y aspiran a vincular a un hombre con los otros, con el mundo, consigo mismo...

miércoles, 26 de octubre de 2011

Jorge Turner, el patriota panameño latinoamericanista, vive en nuestros corazones

Reseña biográfica de Jorge Turner leída por su hija, Anayansi Turner, en el acto recordatorio realizado el 25 de octubre de 2011 en la Universidad de Panamá.

JORGE TURNER, EL PATRIOTA PANAMEÑO LATINOAMERICANISTA, VIVE EN NUESTROS CORAZONES
Por: Anayansi Turner[1]
                      El 7 de septiembre de 2011, a las 10:40 de la mañana, falleció en ciudad de México, Jorge Turner, a la edad de 88 años.      No pudo emular a los elefantes, como fue su deseo en vida, de retornar a morir a la tierra que le vio nacer, pero hoy, que conmemoramos un año más de su natalicio, cumplimos ese deseo póstumo, cuando procedamos a dar sepultura a sus cenizas, al lado de los restos mortales de sus progenitores, Clara y Domingo H., en las próximas horas.
                      Humberto Musacchio calificó la vida de Jorge Turner, como una “vida en llamas”, “con el corazón y el pensamiento junto a su pueblo y bajo su bandera”[2], haciendo el parangón con Leopoldo Aragón y Alberto Pérez Palomino que decidieron inmolarse por la soberanía patria y en ese sentido murieron “en llamas”.  Yo coincido con el intelectual mexicano en que el centro de sus preocupaciones y de su existencia siempre fue la falta de independencia de su país de origen, pero añadiría que la metáfora es pertinente también en lo que concierne a la vida accidentada y difícil que llevó a cuestas  y la pasión con que la enfrentó en todo momento.
A PESAR DE LA LEJANÍA TENÍA A SU PATRIA SIEMPRE PRESENTE.
                      Jorge Turner vivió más de la mitad de su vida y los últimos 42 años en México, su segunda patria, pero su vinculación con su tierra que le vio nacer lo marcó para siempre: como dijera Marta Guzmán, compañera de trabajo en la UNAM, su espíritu rebelde se forjó a raíz de la situación de vasallaje colonial que vivió Panamá desde su nacimiento como Nación.
                      Experimentó en carne propia lo que fue la discriminación racial y laboral que ejercían los “zonians” contra los panameños, cuando laboró a los doce años en la Zona del Canal:  allí fue peón, estibador en el muelle de Balboa, ayudante de electricista y oficinista.  No se quedó tranquilo e intentó organizar un sindicato, lo que le valió el despido.  Cuando realizaba paralelamente sus estudios secundarios en el Instituto Nacional, emprende una huelga de estudiantes contra los desmanes del Rector de la época, quien pretendía concentrar todos los exámenes finales en un solo día.  Asimismo, a su arribo a la Universidad de Panamá (1942), organiza la Asociación Revolucionaria de la Juventud Unida (ARJU), bajo la influencia del peruano aprista Ramiro Prialé, la cual dirige la primera huelga universitaria, por la destitución arbitraria de la profesora de sociología Georgina Jiménez, hecho que dio cauce más adelante a la conquista de la autonomía universitaria.
                      Desde la trinchera del periodismo, como Presidente del Sindicato de Periodistas (1959), además de luchar por las reivindicaciones propias del gremio y participar en la fundación de la Escuela de Periodismo de la Universidad nacional, hizo campaña en varios países (Costa Rica, Cuba y Venezuela), dirigida a que Estados Unidos reconociera la soberanía plena del país sobre todo su territorio.  Organizó también la “Operación Licencia”,  dirigida a obtener que a los conductores panameños en territorio de la Zona del Canal no se les exigiese licencia de conducir norteamericana, sino que se les reconociese la panameña, misma que alcanzó su objetivo efectivamente, pues a partir de la fecha no se requirió licencia estadounidense para recorrer los sitios no “prohibidos” de la Zona.
                      Desde  Vanguardia de Acción Nacional (VAN)”, partido que fundó en 1961 y que definió como “organismo nacionalista que nació para luchar contra la oligarquía y contra las condiciones de supeditación a los intereses monopolísticos norteamericanos”[3], tuvo participación activa en los sucesos del 9 de enero de 1964.  El VAN trató de recoger lo más granado de la militancia de las tres gestas populares previas:  el alzamiento de Cerro Tute, la huelga bananera y la Marcha del Hambre y la Desesperación; se identificó claramente con la revolución cubana y promovió un febril activismo de solidaridad con .la isla caribeña. 
En entrevistas diversas, Jorge Turner ha manifestado reiteradamente que la emoción más grande de su vida data del 9 de enero, cuando, con sus propias manos y junto a la muchedumbre, coadyuvó a desmantelar la cerca que separaba a la ciudad de Panamá de la Zona del Canal.
                      Debido a su actividad política de izquierda, fue de los primeros detenidos a raíz del golpe de Estado de 1968.  En la celda número 4 de la tercera galería de la Cárcel Modelo estuvo encarcelado por un año (1969), mientras sus compañeros de militancia caían asesinados por los militares golpistas, como lo fueron: Belisario Gante, Herbert Quintanar, Encarnación González, Félix González Santizo, Elías González Santizo, Teodoro Palacios, Narciso Cubas Pérez. No corrió la misma suerte porque el periodista Jaime Padilla Véliz intercedió por él, con Torrijos, para que fuera exiliado a México, tomando en cuenta que era una figura conocida del periodismo a nivel regional, cuestión que efectivamente hizo el gobernante, para cuidar su imagen política. 
El 29 de julio de 1970 participa en la fundación del Movimiento de Liberación Nacional 29 de Noviembre (MLN 29-11), que surge producto de la fusión del VAN y del Movimiento de Unidad Revolucionaria (MUR).  El nombre de la nueva organización se escoge en homenaje a Floyd Britton, máximo dirigente del MUR, quien fuera asesinado el 29 de noviembre de 1969, en la isla penal de Coiba, luego de salvajes torturas.    Esta agrupación se plantea la lucha armada, tomando en cuenta el nuevo rol de la Guardia Nacional como factor de poder real en Panamá, que anula las posibilidades de actividad política partidaria y de participación electoral.  Jorge Turner escribe su documento programático, denominado “Declaración de Panamá”, el cual establece como objetivo del colectivo: “contribuir a la instauración de un gobierno republicano, nacionalista y popular que afirme la independencia política y económica del país”, enfatizando 8 puntos mínimos de lucha: por un régimen popular y antimilitarista; por un canal panameño; por una reforma agraria; por el derecho de organización de los trabajadores, estudiantes y campesinos; por una política exterior independiente; por una educación pública abierta a todos; por impulso de la salud pública y la vivienda popular; por el mejoramiento de los niveles de vida de la población.[4]
SU VOCACIÓN POLÍTICA NACIONALISTA Y ANTIMPERIALISTA LA HEREDÓ DE SU PADRE, LO MISMO QUE SU PLUMA FILOSA Y COMBATIVA.
                      Domingo H. Turner, su padre, fue pionero de las primeras luchas sociales del pueblo panameño, fundador y dirigente tanto del Sindicato General de Trabajadores, el cual fue protagonista de la Huelga Inquilinaria de 1925, como del Partido Comunista de Panamá.  Como abogado y periodista, profesiones que compartía con su hijo Jorge, sustentó jurídicamente la anulabilidad del Tratado Hay-Bunau-Varilla, sobre el Canal (1903), a nivel internacional, en su obra: Tratado Fatal, y presentó recurso de inconstitucionalidad de este Tratado ante la Corte Suprema de Justicia, el cual le fue negadoasí como hizo campaña a través de los diarios nacionales, en contra de los Tratados Robles-Johnson (1967), acusándoles de revisionistas y acomodados a los intereses norteamericanos.
                      Jorge se reconoce como “modesto pero firme combatiente por las causas populares.  Al igual que millones de seres de todas las latitudes”, pero reconoce en él, el influjo de su padre, cuando señala: “el presente se amasa con elementos del pasado, y el futuro con substancias del presente.  Con apoyo en los hombres del ayer, a quienes siempre hay que juzgar dentro del marco de su época, las figuras del presente labran el futuro”.[5]
COMO SU PADRE, RENUNCIÓ A POSEER BIENES MATERIALES Y VIVIÓ MODESTAMENTE HASTA EL FIN DE SUS DÍAS.
                      Jorge Turner fue un hombre desapegado de los bienes suntuarios.  Su profesión de abogado –considerada en la época símbolo de cierto estatus social-, su clara inteligencia, su buen porte físico, sus relaciones amistosas con mandatarios de Panamá y México pudieron haberle permitido una situación de mejor acomodo económico a él y su familia.  Sin embargo, su sentido del compromiso político lo signó toda la vida.   En uno de sus cuentos, Juicio Final, se retrata a sí mismo por boca de su personaje central: “hombre con actitud rebelde en las venas, desde chiquillo… y con la pasión que conduce a permanecer siempre hasta el último suspiro, encarando con energía y entusiasmo, las tares más riesgosas con los métodos más adecuados”[6]
                      Los ingresos que percibía, cuando los percibía, los compartía con sus amigos de militancia, sobrinos e hijos adoptivos –que se reclaman en varias decenas-, los cuales son testigos de su generosidad sin límites, lo mismo que a sus compañeras (en diversos momentos de su vida) les aportaba íntegro su salario, desentendiéndose absolutamente de la disposición de efectivo y la administración de los gastos hogareños.
                      Aunque formal en su vestimenta (siempre “de saco”), consideraba inadmisible en su ropero, poseer más de dos juegos de traje.  Rosa Valles Ruiz, en entrevista que le hiciera en 1997, en ocasión de Homenaje que le organizara la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por su 75º Aniversario, lo describió así: “Su pinta quijotesca lo delata: es un soñador.  Flacón, de piernas largas y mirada tierna, modales de caballero antiguo y resistencia –a toda prueba- en sus ideales”[7]
EL EXILIO PROFUNDIZÓ ESA OBSESIÓN POR SU TIERRA NATAL.
                      “Herrados / desnudos / sin los pasaportes / nos tiraron al aire”: así calificó Diana Morán, su compañera del exilio, esos duros años en que vivieron alejados de la tierra que les vio nacer.  [8]  Él, por su parte, describió así el destierro:
Cada exiliado tiene su forma de vivir el exilio.  Unos viven aferrados al recuerdo de sus mejores momentos en el pasado, desadaptados de la nueva realidad, y otros no quieren saber de lo que les partió su existencia y se esfuerzan por adaptarse al país que los acogió, empezando una vida nueva. Pero el sentimiento no es sólo personal: el exiliado frecuentemente tiene pareja e hijos y la sombra de su nostalgia y la confusión de su identidad también afectan a su familia y a su descendencia, que a veces no sabe donde está parada, o si es de aquí o es de allá.[9]
El retorno de los exiliados de diversas tendencias políticas fue posible por la gestión de Jorge Turner, en representación del Grupo “México”, con el general Omar Torrijos, con la intermediación de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura.  En aquel tiempo estaban en discusión los textos de los tratados Torrijos-Carter y la demanda de los expatriados era “amnistía general, ampliación de las libertades democráticas para la discusión de los tratados y derecho a reorganizarse”.  No hubo amnistía general y se permitió el retorno de los exiliados luego de aprobados los tratados canaleros.  Retornaron muchos desterrados, pero mi padre, según sus palabras: “decidió esperar mejores expectativas de regreso”.[10]
MÉXICO LE PERMITIÓ NUTRIRSE DE LAS EXPERIENCIAS DE LUCHA LATINOAMERICANAS E INTERCAMBIAR CON SUS PROTAGONISTAS QUE CORRIERON SU MISMA SUERTE.
                      Para ganarse la vida, Jorge Turner se dedica durante el exilio, al periodismo, el cual ejerce desde varios diarios mexicanos como: “El Día”, “El Universal”, “El Nacional”, “La Jornada”.  En esta calidad funda la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP. 1976), tribuna que utiliza, en conjunto, con colegas representativos de Latinoamérica, para denunciar los atropellos y abusos de los gobiernos autoritarios de la región, ya sea en Suramérica o en Centroamérica, y apoyar decisivamente las luchas revolucionarias que se emprendían en algunos países, como Nicaragua, El Salvador o Guatemala. 
                      Ya en 1975, en compañía de intelectuales y luchadores sociales de la talla de Rodolfo Puiggrós (Argentina), Mario Guzmán Galarza (Bolivia), Francisco Juliao (Brasil), Pedro Vuscovic (Chile), Agustín Cuevas (Ecuador), Mario Salazar Valiente (El Salvador), José Luis Balcárcel (Guatemala), Gerard Pierre Charles (Haití), Pablo González Casanova (México), Francisco de Asís Fernández (Nicaragua) y José Luis González (Puerto Rico), que compartieron el exilio en México, en esta época, había fundado el Comité de Solidaridad Latinoamericana, bajo la convicción de pertenecer a una sola patria latinoamericana, por contar con luchas nacionales comunes contra el sometimiento colonial en el pasado, y la necesidad del momento de unir esfuerzos para solucionar problemas fundamentales  ante la presencia hegemónica de Estados Unidos en la región.
EL LATINOAMERICANISMO DE JORGE TURNER ESTÁ INSPIRADO EN BOLÍVAR Y MARTÍ.
                      Jorge Turner creía firmemente en la integración de América Latina, pero concebida como un “proceso múltiple”, donde se actualicen las viejas concepciones de Simón Bolívar, que forjó la independencia política de varias naciones y creó la Gran Colombia como un primer paso para la unificación completa; el pensamiento de José Martí, quien enfatizó en la necesidad de la independencia económica de nuestros países; y los aportes de Raúl Haya de la Torre, quien planteó la constitución de partidos políticos nacionales con un programa antimperialista común. 
Este proceso debe abarcar, según Turner, lo político, lo económico, lo social y lo cultural, sumando tanto a los gobiernos progresistas de la región como a los pueblos, siendo la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) un primer paso.[11]
                      Avizoró un sistema mundial multipolar donde Estados Unidos deje de ser la potencia financiera por excelencia, y el dólar, la moneda de reserva mundial, tomando en cuenta la crisis capitalista actual, que no es sólo financiera, sino también alimentaria, energética y medio ambiental.      “En el sistema multipolar que irá surgiendo –dijo- serán arduas las disputas entre las propuestas de nuevas formas de sustituir al neoliberalismo, salvando el modo de producción capitalista, y otros planeamientos más radicales de transformación social.  Las discusiones se abordarán desde las ideologías y desde los intereses de las regiones del globo, en donde debe incluirse una mayor participación de los estados subdesarrollados”.[12]
                      En los dos últimos años y al momento de su muerte estaba empeñado en desarrollar estas ideas en el libro que escribía, como investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM, intitulado: “Repertorio de Temas para interpretar la Realidad Latinoamericana”.
LA ACADEMIA LE PERMITIÓ PROFUNDIZAR SU FORMACIÓN TEÓRICA Y HACER APORTES IMPORTANTES, PERO SU VOCACIÓN FUE EMINENTEMENTE POLÍTICA.
                      A los 21 años arribó a la ciudad de México para participar en el Congreso de la Juventud por la Victoria, junto a su hermano David.  No obstante, decidió quedarse a hacer estudios universitarios de Derecho en la UNAM.  Esta primera estancia en México le permitió también consolidar su experiencia sindical, pues fue representante de la Federación Sindical de Trabajadores de Panamá ante la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL, 1946), bajo la dirección de Vicente Lombardo Toledano, quien fue su mentor político en esta época.  También trabajó como miembro del Departamento Legal del Sindicato de Mineros y Metalúrgicos de México (1948). 
                      En su segunda estancia en México, en virtud del destierro, se inició como profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, desde 1979, y siguió desempeñándose como tal hasta la fecha de su deceso, es decir, los últimos treinta y dos años.    Fue Director del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) en el período 2000-2004; y fue objeto de dos homenajes en vida, por parte de esta institución universitaria, uno a sus 75 años de edad (1997) y. otro, a los 86 años (2008). 
De esta época son sus libros: Viento de Agua (libro de cuentos, Ediciones de Cultura Popular, 1977); Raíz, historia y Perspectivas del Movimiento Obrero Panameño (Editorial Signos, México, 1982); Sindicatos, nuevos movimientos sociales y democracia (Universidad Obrera de México, 1994); 30 latinoamericanos en el recuerdo (UNAM-La Jornada, 1998); Panamá en la América Latina que concibió Bolívar (UACM-Plaza y Valdés, 2007);  y ¿Cuál debe ser la verdadera identidad de Panamá? (Ediciones de Polémica Abierta  (Panamá, 2009).
Su libro de relatos revela la vena artística de Turner, el cual fue objeto de excelentes comentarios de críticos literarios de la época como Juan de la Cabada, José Luis González y Agustín del Rosario.  Los mismos tratan de recoger vivencias personales e historias cotidianas de la gente sencilla de Panamá, pero recreadas en el mundo de la fantasía, llenos de humor y desenfado, con un sentido de lo inesperado y con recursos estilísticos propios.  En este libro reconoce que su “responsabilidad política” siempre ha estado por encima de la literatura, por lo que jura no hacer más cuentos, promesa que no cumplió, pues en sus últimos años de vida redactó nueve relatos más, los cuales serán añadidos a una nueva edición de Viento de Agua.
En cuanto a Raíz, Historia y Perspectivas del Movimiento Obrero Panameño, es un clásico en lo que se refiere a la historia del obrerismo en Panamá.  El mismo se recoge en su otro libro:Sindicatos, Nuevos Movimientos Sociales y Democracia, pero actualizándolo, con un escrito sobre la necesidad de vincular a la clase trabajadora organizada con los movimientos sociales emergentes de los países de Nuestra América.
30 Latinoamericanos en el Recuerdo recoge semblanzas de personas que fueron significativas en la vida de Jorge Turner, amigos o personalidades renombradas que tuvo oportunidad de conocer.
En Panamá en la América Latina que concibió Bolívar trata de conjugar su preocupación por su país natal, visto desde la perspectiva histórica y política actual y en un contexto de integración latinoamericano delineado inicialmente por Bolívar y Haya de la Torre.
Pensamos en general que Turner fue un académico que se permitió reflexionar acerca de su praxis política de luchador social, y de adentrarse en la búsqueda de nuevos instrumentos teóricos que le permitiesen a su pequeño país continuar la lucha en pos de su real independencia  tanto política como económica.
A NIVEL FAMILIAR LLEVÓ UNA VIDA FRAGMENTADA, PERO PROCURÓ EN SUS ÚLTIMOS AÑOS COMPENSAR SUS LARGAS AUSENCIAS.
                      El torbellino de vida que vivió, ya sea por su militancia política, el exilio y la persecución de que fue objeto, sus propias concepciones revolucionarias, su itinerario vital repartido en dos países, lo condujo a vivir una vida familiar accidentada. 
Tuvo cuatro compañeras en diversos momentos de su existencia, dos mexicanas y dos panameñas: la mexicana Aurea Vargas, en su juventud; las panameñas Lilia Yau Villalaz y Diana Morán Garay, en su madurez; y la mexicana María Guerra, en su vejez.  Producto de dos de estas uniones tuvo tres hijas consanguíneas, aunque a lo largo de su prolongada vida tuvo múltiples hijos adoptivos.  Además tuvo seis nietos y un biznieto.
A Mario Trujillo Bolio le confesó que su vida era “como un avión que va y viene en una ruta que se dirige entre el tiempo de Panamá a México, pues sus constantes y distintos viajes a ambos países, son los que han marcado muchas de sus etapas a lo largo de su existencia”.[13]
El 14 de diciembre de 1975 me envío una carta, desde el exilio, para explicarme por qué no podía estar en mi Acto de Graduación de Secundaria, la cual fue para mí difícil de entender –lo confieso- y decía en su parte más significativa lo siguiente:
Yo siempre he sido un hombre de principios y de acendrada ideología. Creo que esa forma de ser mía es perfectamente compatible con el gran amor que les profesó a mis hijas, que son los seres a quienes más quiero en el mundo.  Lo que digo es que el amor que le tengo a mis hijas forma parte del amor que le tengo a la humanidad y al revés, por querer a los seres humanos en general, quiero mucho a mis hijas”. 
                      Como dijéramos en el acto de Despedida, el 9 de septiembre pasado, en ciudad de México, quizás hasta ahora, a raíz de su muerte, entendamos esta forma de amar de Jorge Turner, donde su corazón tenía que partirlo en mil pedazos, y es que el amor cuando es verdadero, no es egoísta, es generoso y se comparte.
ACEPTÓ EL CARGO DE EMBAJADOR DE PANAMÁ EN MÉXICO EN 1988 PORQUE CONSIDERÓ QUE IBA A FAVORECER LA CAUSA ANTIMPERIALISTA DE SU PAÍS.
                      En 1988, el Presidente Manuel Solís Palma ofreció el cargo de Embajador de Panamá en México, a Jorge Turner, el cual éste aceptó, bajo el entendimiento de que el propósito era “lograr la cooperación y ayuda de la nación mexicana, ya que Panamá entera estaba viviendo una coyuntura de agresión, a la cual no se podían sustraer los verdaderos patriotas de todas las tendencias”.  [14]  Aunque fue un hecho controversial en  Panamá, dada la concentración de poderes que asumía el régimen militar liderado por Manuel Antonio Noriega y la represión desatada en las calles, Turner no tomó la decisión por móviles de oportunismo político y económico.  Cuando sobrevino la invasión de Estados Unidos a Panamá renunció a esta posición de Embajador.
JORGE TURNER CREÍA EN LA UNIDAD DEL MOVIMIENTO POPULAR.
                      Durante los diversos avatares de su vida política, Turner, el precursor de las primeras huelgas estudiantiles, el asesor sindical, el dirigente popular, el periodista combativo, el académico que trata de transmitir sus experiencias y reflexiones a generaciones de jóvenes por treinta y dos años consecutivos, genera simpatías de personas pertenecientes a distintas corrientes políticas, sobre todo en su amado terruño, que reclaman ser sus herederos políticos.  Cuando el Partido Alternativa Popular (PAP) anunció su lucha por el reconocimiento como partido político electoral, mi padre saludó la iniciativa y se mantuvo al tanto de sus planteamientos y lides políticas.    Asimismo, cuando el Frente Amplio por la Democracia (FAD)  hizo lo propio, más recientemente, Jorge Turner felicitó su decisión de incorporarse a la lucha electoral y se ofreció a colaborar en el enriquecimiento de sus lineamientos programáticos y principios políticos.
Su última obra escrita: ¿Cuál debe ser la verdadera identidad de Panamá?,   editada hace tres años, Turner la consideró su “testamento político”.  En ella abogó por la unidad de las fuerzas patrióticas y revolucionarias panameñas, las cuales, tal como recomienda en el Foro de Sao Paulo de 2008, “deben debatir sin herirse y discrepar sin dividirse, como garantía para cumplir sus objetivos.”  Y afirmó:
A pesar de todos los problemas, siempre postularemos el ideal de un mundo nuevo y generoso que nacerá del nacimiento previo de sus parcelas geográficas.  Es la razón por la que somos latinoamericanistas, abrazados al lugar en donde habitamos, con el optimismo de que triunfaremos.  Y somos panameños, como parte de la Patria Grande, en virtud del sentimiento de que, lejos de la economía de casino, de puente internacional y pobreza aguda en que Panamá está inmersa, adquiriremos una identidad positiva, rearticuladora de América Latina y con un gobierno de democracia participativa, lleno de decoro, que estará de acuerdo en que el país siga siendo un importante paso naviero interoceánico, pero sin renunciar a su personalidad soberana.[15]
A pesar de lo accidentada de su vida –vida en llamas, según Musacchio- y las vicisitudes de todo tipo que tuvo que atravesar, mi padre afirmaba que su tiempo estaba cronometrado por sus ganas de vivir.  Yo diría que sus ganas de vivir eran alimentadas por esa preocupación permanente por lo trascendente, por realizar sus ideales conectados directamente con su Patria. 
Creemos que cincuenta años después se mantienen vigentes sus palabras, que expresara  a raíz de su campaña política como candidato a diputado por el Partido Coalición Patriótica Nacional, en 1960, cuando dijo:
“Creemos empujar, pero somos empujados”, dijo Goethe.  Hoy, desde nuestras posiciones, somos empujados por la fe de nuestros compañeros, por nuestras convicciones y, sobre todo, por las tradiciones de lucha de esta munífica tierra panameña, donde cada esperanza, cada inquietud, cada angustia, tiene –por razones obvias- mayor valor sentimental e histórico que en cualquier otra nación.  Somos empujados, en fin, por nuestro patriotismo.[16]
Por todo lo anterior, Jorge Turner, el patriota panameño latinoamericanista no ha muerto: vive en nuestros corazones.  Muchas gracias.
Panamá, 25 de octubre de 2011.


jueves, 13 de octubre de 2011

HONRAS FÚNEBRES EN PANAMÁ


El Acto de Recordación será el día Martes 25 de octubre de 2011, a las 11:00 am, en el Auditorio José Dolores Moscote de la Universidad de Panamá.

El Sepelio de sus cenizas se realizará a las 2:00 pm, del mismo día, en el Jardín de Paz, Parque Lefebre, Panamá.

Agradecemos el acompañamiento de sus familiares, amigos y público en general.

Acto en Homenaje a Turner en Casa Lamm

JORGE TURNER: LATINOAMERICANO Y LATINOAMERICANISTA DE SU TIEMPO 
24 de octubre
Panelistas: Rossana Cassigoli, Carlos Fazio y José Steinsleger.
Entrada Libre


Casa Lamm, ubicada en Álvaro Obregón 99, Col. Roma, México D.F.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Diversas personalidades, organizaciones, organismos e instituciones reconocen a Jorge Turner como figura importante y destacada. Ver comentarios.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Sus cenizas han sido trasladadas a su ciudad natal, Panamá

Las cenizas serán depositadas próximamente junto a los restos de sus padres, Clara y Domingo H. Turner, en la Ciudad de Panamá. En días próximos, se anunciará a sus familiares y amistades la fecha en la que se celebrará el acto de recordación y ceremonia póstuma.